Joaquín Sorolla y Bastida fue un destacado pintor español, nacido el 27 de febrero de 1863 en Valencia, y fallecido el 10 de agosto de 1923 en su casa de Cercedilla, cerca de Madrid. Reconocido por su habilidad en la captura de la luz y el color, Sorolla se convirtió en uno de los maestros del impresionismo y sus obras reflejan la vida, la naturaleza y la cultura española a principios del siglo XX.
Desde joven, Joaquín mostró un gran interés por el arte. A la edad de 15 años, comenzó su formación formal en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Su talento no pasó desapercibido, y más tarde obtuvo una beca para estudiar en París, donde se empapó de las innovaciones artísticas y las tendencias de la época. Durante su estancia en la capital francesa, Sorolla fue influenciado por los impresionistas, quienes utilizaron la luz y el color de maneras que cambiaron la forma de ver la pintura.
El estilo de Sorolla se caracteriza por su asombrosa capacidad para captar la luz del sol, un rasgo distintivo que lo llevó a ser conocido como "el pintor de la luz". Sus obras a menudo presentan escenas al aire libre, donde el reflejo del sol sobre el agua o la vibrante luz del Mediterráneo cobran vida. Utilizaba una técnica de pinceladas sueltas y rápidas que le permitía transmitir la atmósfera de los lugares que pintaba.
Entre sus obras más reconocidas se encuentran "La playa de Valencia", "El baño de los caballos" y "El paseo a orillas del mar". Sorolla también destacó en la realización de retratos, donde capturó la esencia de sus modelos con una combinación de realismo y luz. Además de su arte en óleo, también trabajó en murales, siendo uno de los más notables el que realizó para la Biblioteca del Senado en Madrid.
A lo largo de su carrera, Joaquín Sorolla recibió numerosos premios y reconocimientos. En 1900, ganó una medalla de oro en la Exposición Universal de París y en 1909 fue galardonado con la Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes en España. Su obra fue muy bien recibida tanto en su país natal como en el extranjero, y se convirtió en un referente del arte español de su tiempo.
La vida personal de Sorolla estuvo marcada por su matrimonio con Clara López, con quien tuvo tres hijos. A menudo, sus hijos y su esposa aparecen en sus pinturas, lo que añade una dimensión personal a su obra. La familia Sorolla disfrutó de un ambiente artístico, y su hogar en Madrid, conocido como la Casa-Museo Joaquín Sorolla, es ahora un importante espacio cultural donde se puede apreciar su legado.
En sus últimos años, la salud de Sorolla empezó a deteriorarse; sin embargo, continuó pintando hasta el final de su vida. A pesar de su fallecimiento en 1923, su legado artístico perdura y sigue siendo objeto de estudio y admiración en la actualidad. La capacidad de Sorolla para reflejar la luz y la vida en sus obras lo ha consolidado como uno de los grandes maestros de la pintura, y su influencia es evidente en muchos artistas contemporáneos.
Hoy en día, su obra se exhibe en museos de todo el mundo, incluyendo el Museo del Prado en Madrid y el Museo Sorolla, que se dedica exclusivamente a su vida y trabajo. Joaquín Sorolla sigue siendo una figura vital en la historia del arte, cuyas pinturas evocan la belleza de España y la intensidad de la luz que tanto lo inspiró.