William Tyndale (c. 1494 – 1536) fue un teólogo y traductor inglés, conocido por ser uno de los primeros en traducir la Biblia al inglés a partir de los textos originales en hebreo y griego. Su trabajo marcó un hito en la historia de la traducción bíblica y tuvo un impacto profundo en la Reforma Protestante.
Tyndale nació en Gloucestershire, Inglaterra, en el seno de una familia acomodada. Desde joven mostró un interés profundo por las lenguas y la teología, lo que le llevó a realizar estudios en la Universidad de Oxford y posteriormente en la Universidad de Cambridge. Durante este período, Tyndale se dio cuenta de que el pueblo inglés no tenía acceso a las Escrituras en su lengua materna, lo que lo impulsó a traducir la Biblia al inglés.
En 1522, Tyndale se trasladó a Londres, donde comenzó a trabajar en su traducción del Nuevo Testamento. Sin embargo, se encontró con la oposición de la Iglesia Católica y del clero, que consideraban peligrosa la idea de que la Biblia estuviera disponible para el público en general. Al ver que su trabajo era imposible en Inglaterra debido a la censura, Tyndale se exilió en Alemania, donde pudo trabajar más libremente.
En 1525, Tyndale publicó su traducción del Nuevo Testamento, que fue impresa en Worms, Alemania. Esta traducción utilizó un lenguaje claro y accesible, lo que permitió que la gente común pudiera entender las Escrituras. La obra fue un éxito inmediato, pero también atrajo la ira de las autoridades religiosas. Se ordenó la confiscación de copias de su traducción y se condenó a Tyndale como hereje.
A pesar de los riesgos, su trabajo continuó. Tyndale tradujo gran parte del Antiguo Testamento, así como otros textos, incluyendo la traducción de algunas partes de las cartas de Pablo y el libro de los Salmos. Su estilo literario y su precisión en la traducción influyeron no solo en la literatura inglesa, sino también en la futura traducción de la Biblia de los Reyes de 1611.
Tyndale fue conocido no solo por su trabajo como traductor, sino también por sus escritos teológicos, en los cuales defendió la idea de que la salvación se obtiene solo por la fe y no por las obras, desafiando así las enseñanzas de la Iglesia Católica de su tiempo. A través de sus obras, Tyndale buscó empoderar a los cristianos para que comprendieran la fe sin intermediarios.
Sin embargo, su labor lo convirtió en un objetivo para las autoridades. En 1535, fue traicionado por un amigo y arrestado en Bruselas. Después de un año de prisión, fue condenado y ejecutado por herejía en 1536. Su última palabra fue una oración pidiendo que Dios abriera los ojos del rey de Inglaterra para que entendiera la importancia de su trabajo.
A pesar de su trágica muerte, el legado de William Tyndale perduró. Su traducción de la Biblia sentó las bases para futuras versiones en inglés, y su valentía inspiró a muchos reformadores y traductores posteriores. En 1629, la Iglesia de Inglaterra finalmente adoptó su traducción como parte de la tradición cristiana en inglés, reconociendo el inestimable valor de su obra.
Hoy en día, Tyndale es recordado no solo como un traductor pionero, sino también como un mártir de la fe, cuya vida ejemplifica la lucha por la libertad de conciencia y el acceso a las Escrituras.