El conocimiento, desde el cosmos hasta el aátomo, ha avanzado, y avanza, en todas las direcciones epistemológicas, salvo en una: el conocimiento de uno mismo. Ni la comunidad académica ni el público someten este tema al rigor que merece. Y para cada cual, no cabe duda, él mismo es un tema de importancia. Josué Angel, entre la poesía y el método, entre los clásicos y la filosofía, teje una forma clara y distinta de entenderse a uno mismo, aplicable fácilmente como todo lo que proviene del verdadero rigor científico, mediante la cual cada lector(a) podrá empezar a no dejar al azar...