Cristina Ortiz, conocida artísticamente como Cristina Ortiz La Veneno, fue una personalidad mediática y actriz española nacida el 19 de enero de 1967 en Adra, una localidad de la provincia de Almería, y fallecida el 9 de septiembre de 2016 en Madrid. Su vida, marcada por la lucha por la aceptación social y la visibilidad de las personas trans, la convirtió en un ícono de la comunidad LGTBI y una figura relevante en la cultura popular española.
Cristina creció en un entorno en el que se sentía diferente desde muy joven. Desde su niñez, comenzó a explorar su identidad de género, un proceso que no estuvo exento de conflictos familiares y sociales. En su adolescencia, se trasladó a Madrid, donde inició su transformación física y social en una época en la que ser transgénero era aún un tabú. Con una personalidad carismática y una apariencia deslumbrante, Cristina empezó a destacar en el mundo del espectáculo.
Su llegada a la fama se produjo en los años 90 gracias a su participación en programas de televisión como «Esta noche cruzamos el Mississippi», donde se convirtió en una de las colaboradoras más queridas y reconocibles. Su espontaneidad y sinceridad resonaron con una audiencia que la aceptó y abrazó su autenticidad. Cristina no solo era una figura mediática, sino que su vida y su carrera representaban la lucha por los derechos de las personas trans en un contexto social precario.
En su vida personal, La Veneno atravesó momentos difíciles. Sufrió la violencia y la discriminación que muchas personas trans enfrentan, lo que la llevó a tener episodios de depresión y problemas de salud. Su vida fue un continuo desafío, pero a pesar de ello, Cristina siempre mantuvo una actitud positiva. Una de sus frases más célebres, "Soy lo que soy", se convirtió en un lema de empoderamiento para muchos de sus seguidores.
Además de su labor en televisión, Cristina también participó en proyectos cinematográficos y artísticos. Su vida fue llevada a la pantalla en la serie «Veneno», que se estrenó en 2020. Esta producción no solo narró su vida, sino que también exploró temas más amplios relacionados con la identidad de género, la aceptación y la lucha por los derechos humanos. La serie fue aclamada por la crítica y ayudó a revitalizar su imagen, así como a educar al público sobre la historia y la lucha de las personas trans.
La figura de Cristina Ortiz trasciende el entretenimiento; se convirtió en un símbolo de resistencia y autenticidad. Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones a ser auténticas y a luchar por sus derechos. A pesar de su trágica muerte, el impacto de su vida y su obra sigue presente en la cultura española y en la lucha por la igualdad y la justicia social.
En resumen, Cristina Ortiz La Veneno fue mucho más que una figura mediática; fue una pionera en la lucha por la visibilidad y los derechos de las personas trans. Su vida y obra continúan siendo un recordatorio de la importancia de la diversidad y la aceptación, y su legado vive en el corazón de quienes creen en la libertad de ser uno mismo.