Merezca ser feliz

¿Existen profecías remarcables en las Escrituras hebreas que identifiquen a un futuro Mesías? ¿Son estas profecías veraces en sus predicciones de eventos futuros específicos, tales como el tiempo y el lugar de nacimiento exacto? ¿Se han cumplido estas profecías milagrosamente? Si es así, ¿Qué nos quieren decir? ¿Podrían estas profecías indicar que las Escrituras judeocristianas son una revelación divina y que podría constituir una prueba que incluso los escépticos deberían de tener en cuenta?

La categoría de «fraternidad», una de las fundamentales del cristianismo, es la guía de esta reflexión. Nuestro presente, a pesar de ser «la hora de lo común», padece un grave deterioro de las relaciones humanas y sufre constantes desavenencias en todos los campos. Los síntomas letales del presente no auguran nada bueno para el futuro. Y todos, creyentes o no, y desde diferentes perspectivas de pensamiento y acción, estamos convocados a la tarea de hilvanar nuevamente un tiempo vivible para la comunidad humana si no queremos precipitarnos en un mañana catastrófico.Una comunidad...

En el caso de las profecías de Daniel, es interesante la frase de Daniel 12:4 que señala “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará”, si bien en última instancia es Dios quien revela a su tiempo los misterios, hay una condicionante exclusiva de nuestros tiempos que hacia hasta este momento fuese entendible mucho de lo revelado: la historia.

Nadie quiere ser conocido como mentiroso, y tal vez por eso la Biblia pone tanto énfasis en decir la verdad. La verdad es una base sólida sobre la cual podemos estar firmes cuando nos enfrentamos con las mentiras de este mundo. La primera advertencia que Cristo les dio a los discípulos cuando pidieron una señal fue: "tengan cuidado de que nadie los engañe". Es nuestra responsabilidad como creyentes saber qué dicen las Escrituras acerca de la verdad. "Guíame en tu verdad y enséñame: porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti espero todo el día". - Salmos 25: 5