La sociedad Abakuá. Los hijos de Ékpé

ESPERANZA es una mujer madura, «la Espe», que trabaja en la limpieza de un hospital. Es de esas que, con su carrito y su fregona, entran por todos los rincones y hablan con todo el mundo. Tiene marido, hijos, nietos, vecinos y un buen montón de amigos. Sencilla y lista como ella sola, percibe todo lo que ocurre a su alrededor y posee esa sabiduría que da la vida a quien la vive intensamente, y se reserva un tiempo para contemplarla y escuchar mucho por dentro y por fuera. Tiene además un corazón a flor de piel... y a flor de pies y manos, o sea, que no ve encrucijada de dolor, angustia...

Agustín escribe: «¡Oh sacramento del amor de Dios!... El que quiere vivir tiene dónde vivir, tiene de quién vivir. Que se acerque, crea, se una al cuerpo de Cristo para ser vivificado». La libertad infinita de Dios se inclina sobre la libertad finita del hombre, como unamadre se inclina sobre su hijo. La inextinguible riqueza del misterio eucarístico es como la luz del sol sobre los mosaicos de San Marcos. Ilumina la belleza de las innumerables teselas de la vicisitud humana, desvelando el designio completo que da sentido incluso a las más oscuras y gastadas por el paso del tiempo.

Para escribir esta serie la autora se baso en sus propias luchas y en como logro superar los diferentes desafios que ha afrontado en la vida. Presenta soluciones biblicas para los retos que todos hemos experimentando en algun momento dado, pues nadie esta

En este libro Perry Stone lleva al lector por un viaje al infierno para mostrarle cómo será dicho lugar para los que parten de la vida sin una experiencia de salvación. También discutirá la ubicación y el propósito del paraíso, el hogar temporero de los cristianos que han fallecido. Este libro explicará la vida después de la muerte en gran detalle. Si cree en dos mundos aparte de éste y desea más entendimiento sobre lo que encontrará segundos después de partir de esta vida, entonces este libro le contestará sus preguntas. Cuando partimos de este armazón de arcilla, sólo...