La ruta del Aqueronte

Muchas personas se encuentran sin motivación y sin guía, siempre cuestionándose el sentido de la vida en un mundo cada vez más cruel. Los Cristos es un libro que trae estímulo, guía y consejos sobre diversos aspectos de la vida, llevándonos a una profunda reflexión. Al finalizar la lectura, el objetivo es que el lector cambie su estilo de vida, logrando una mayor felicidad.

Ashley Gallagher había pedido el deseo de tener dinero y poder. Automáticamente la ascendieron... y se encontró con su nuevo jefe: Max Caine, todo un tiburón de los negocios, además del hombre que le había roto el corazón. Pero ahora Ashley sabía que no debía confiar en él, por mucho traje elegante que llevara. ¿Estaría en la ciudad para destruir la empresa de su abuelo? Ashley se propuso descubrirlo costara lo que costara, aunque para ello tuviera que salir con él y aguantar su seductora sonrisa.

Casi todo el mundo recuerda la apuesta que permitió a Quevedo llamarle coja a la reina sin efectos secundarios o el pétreo motivo por el que el primer Papa se llamó Pedro. Y, sin embargo, ¿quién sabe qué es un calambur? ¿Y un logogrifo, un palíndromo, un bifronte, una paranomasia, un lipograma, un cronograma, un contrapié...? A menudo los juegos de palabras van más allá del simple chascarrillo. Una línea sutil y poco divulgada enlaza el enigma de la Esfinge con los métodos cabalísticos, los artificios barrocos, los juegos vanguardistas e incluso los pasatiempos de la prensa....

La gran novela sobre los años de hierro de la Historia de España Barcelona, 1936. En las convulsiones de la época, el protagonista de esta novela presencia la atroz muerte de su padre, y su destino quedará marcado. Vivirá intensamente la experiencia de tres guerras, el amor, el «esplendor y el horror» de la época, hasta descubrir la verdad que escondían los ojos del asesino de su padre, que le desvelan la verdad sobre sí mismo: «Una especie de revelación se abrió paso desde lo más profundo de mi ser con una fuerza que solo podría describir como terror sagrado. Mis dientes...