La gaviota (Anotado)

¿Cómo explicamos la existencia del mal en la esencia de Lucifer? Se supone que los ángeles son perfectos y puros. ¿Por qué el Padre de la creación tomó la decisión de elegir el flamante planeta Tierra como la prisión de Lucifer? Y nada menos que el paraíso divino donde vivían felices la primera pareja de la especie humana. ¿Acaso eran los designios de Dios para conseguir un propósito determinado? Así parece, el Soberano construye un plan perfecto creando un pedazo de su reino en un próvido cosmos de los cielos, semejante a una escuela, donde se forjarían los guerreros...

En muy poco tiempo, Meg no podría seguir negando la evidencia. Sin embargo, estaba totalmente decidida a guardar su secreto mientras visitaba a sus padres, en California, y terminaba de aceptar el hecho de que iba a ser madre soltera. Pero a Niccolo Dominici, un viejo amigo de la familia dedicado al negocio de los viñedos, no se le podía engañar fácilmente. Al más puro estilo italiano, insistió en que debía cuidar de Meg y del pequeño. Meg sabía que su matrimonio con aquel hombre moreno y guapo no sería sólo de conveniencia...

Dos almas que se encuentran, dos mundos distintos, dos culturas diferentes, el amor, ungidos por una cultura antigua en algo más que seres humanos, cada uno será el paradigma del otro, su misión única, la eterna lucha entre el bien y el mal. Un mal actual que se esconde entre maletines y sofisticadas tramas, pero que al fin y al cabo, es el mal, y erradicarlo será la labor de dos seres humanos transcendidos por su misión. Y el sur los envolverá, el manto de la belleza, del calor, de la dureza, crisálida de una feroz contienda, en la que la única salida es la victoria o la muerte,...

Aristandros Xenakis es como una pantera dispuesta a saltar. Brillante, atractivo y tremendamente poderoso, va a probar muy pronto el dulce sabor de la venganza... Eli está desesperada por tener acceso a su sobrina, pero la niña está bajo la custodia de Aristandros... ¡su ex prometido! No tiene más remedio que someterse a sus exigencias... ¡debe convertirse en su amante! Ingenua e inexperta, Eli no se parece a las sofisticadas cazafortunas que han calentado hasta entonces la cama de Aristandros. Sólo será cuestión de tiempo que se canse de ella...