Dragún

Había una vez un príncipe al que un hechicero convirtió en rata, para ayudarlo a descubrir una importante lección. Acompáñalo en su viaje de regreso a casa. ¿Te imaginas como sería el mundo a través de los ojos de una rata?

Los vivos no deben comer de la misma mesa que los muertos si no quieren condenarse. ¿Qué pudo haber hecho que la tierra se secara y ya no volviera a llover? ¿Qué pudo haber levantado a las ánimas de la Santa Compaña? El General Torrijos y sus revolucionarios lo tienen claro: fue el Forastero, ese extraño hombre de quien nada se sabe, salvo que un día llegó y sedujo a la monarca de aquellas tierras, a la Reina Muerte… Ya solo quedaba el eco de lo desértico. La sed del mismo suelo. La tierra se había secado, y sin embargo… a él las palabras no le habían abandonado.

Onomatopeyas, metáforas gráficas, collage, colores complementarios, tipografías palo seco y serif cargaron de vida esta historia que es una pequeña ventana a nuestras realidades, sociedades llenas de ruido, incomunicadas, poco incluyentes y segmentadas que a veces desconocen al otro. Esta historia es una invitación a complementarnos, a sumarnos, a encontrarnos, a establecer el diálogo, a aceptar la diversidad, a escucharnos.

Bartholomew, de once años, no puede ir a la escuela, jugar afuera o, lo peor de todo, hacer arte – así que dibuja en secreto. Después de que conoce a un pintor en patineta, Alexander DeVinci, ambos son transportados a otro reino de pinturas mágicas. Su propio mundo es muy diferente en comparación con Artania: un mundo con pinturas y esculturas vivientes. Pronto aprenden que Artania está al filo de la destrucción, y el arte de Bartholomew es la única cosa que puede salvarle. Tanto con dioses como diosas a su lado, Bartholomew se enfrenta a batallas, duelos y escapes sobre patinetas....