Mahmud Darwish nació el 13 de marzo de 1941 en Al-Birwa, una aldea palestina que fue destruida durante la Guerra de 1948, un evento que marcaría su vida y obra. A raíz de la Nakba (la "Catástrofe" palestina), su familia se vio obligada a huir y se estableció en el exilio en Líbano. Este desplazamiento temprano influyó profundamente en su poesía y su compromiso político, que se centraría en la lucha por la identidad palestina y los derechos de su pueblo.
Darwish comenzó a escribir poesía a una edad temprana, y a los 20 años, ya había publicado su primer libro, “A Lover from Palestine”. Su estilo poético se caracteriza por una rica imaginería, simbolismo y una profunda emoción, lo que le permitió captar las experiencias y sufrimientos de los palestinos, así como su deseo de libertad y pertenencia. A lo largo de su carrera, Darwish se convirtió en la voz de su pueblo, utilizando su poesía como un medio de resistencia y afirmación cultural.
Una de sus obras más reconocidas es el poema “La tierra es un grito”, que refleja la conexión espiritual entre el pueblo palestino y su tierra. Sus versos evocan un sentimiento de pertenencia y nostalgia, convirtiéndolo en un símbolo de la identidad nacional. La poesía de Darwish no solo abarca el amor a la tierra natal, sino también los desafíos de la diáspora, el exilio y el sufrimiento causado por el conflicto árabe-israelí.
A lo largo de su vida, Mahmud Darwish también estuvo involucrado en la política, siendo miembro del partido Comunista Palestino y participando en la OLP (Organización para la Liberación de Palestina). En 1970, se vio obligado a salir de Palestina y vivió en varios países, incluidos Egipto y Siria, antes de establecerse en Francia. Este exilio le permitió interactuar con otros intelectuales y artistas, enriqueciendo su perspectiva y su escritura.
En 1996, Darwish regresó a Palestina, donde continuó escribiendo y fue nombrado Presidente de la Unión de Escritores Palestinos. Su trabajo no solo se limitó a la poesía; también escribió ensayos y obras de teatro, consolidando su reputación como un influyente intelectual árabe. Su habilidad para capturar la complejidad del conflicto palestino y su deseo de paz y justicia le otorgó reconocimiento internacional. Algunos de sus libros más destacados incluyen “Noches de la poesía”, “El cuaderno de la memoria” y “El libro de la resistencia”.
En marzo de 2008, Darwish fue sometido a una cirugía cardíaca. Sin embargo, el 9 de agosto de 2008, falleció en un hospital de Houston, Texas, dejando un legado literario y político que continúa resonando en la actualidad. Su obra ha sido traducida a numerosos idiomas y ha influenciado a generaciones de poetas, escritores y activistas en todo el mundo. Su poesía sigue siendo un testimonio del sufrimiento y la resistencia del pueblo palestino, así como un llamado a la paz y la reconciliación.
Mahmud Darwish es recordado no solo como un gran poeta, sino también como un símbolo de la lucha por la justicia y la dignidad de su pueblo. Su legado perdura a través de sus versos, que han inspirado movimientos de liberación y han creado un puente de entendimiento entre diferentes culturas y naciones.