زايد بن سلطان آل نهيان, nacido el 6 de mayo de 1918, fue una figura fundamental en la historia de los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Conocido como el padre fundador de la nación, desempeñó un papel crucial en la unificación de los emiratos y en el desarrollo del país que hoy conocemos.
Procedente de Abu Dabi, el jeque Zayed fue el cuarto hijo de Sheikh Sultan bin Zayed Al Nahyan. Desde joven, mostró un gran interés por la política y la cultura de su país. A medida que crecía, fue educado en la tradición beduina, donde aprendió no solo la historia de su gente, sino también la importancia de la cohesión social y la unidad.
En 1966, Zayed ascendió al trono de Abu Dabi tras la muerte de su hermano. Como gobernante, comenzó a implementar una serie de reformas que modernizarían la emirato. Sin embargo, su visión iba mucho más allá de Abu Dabi; soñaba con la unificación de los distintos emiratos que conforman lo que hoy es los EAU. Este objetivo se materializó el 2 de diciembre de 1971, cuando se formó la Federación de los Emiratos Árabes Unidos, consolidando a Abu Dabi, Dubái, Sharjah, Ajman, Umm Al-Quwain, Fujairah y Ras Al Khaimah como un solo país.
El liderazgo de Zayed se caracterizó por un fuerte énfasis en el desarrollo social y económico. Invertió significativamente en infraestructura, educación y salud, lo que llevó a una rápida modernización del país. Su enfoque en la diversificación económica ayudó a reducir la dependencia del petróleo, un recurso que había sido la base de la economía emiratí desde los años 60.
Además del desarrollo económico, Zayed fue conocido por su compromiso con la protección del medio ambiente y la conservación de la cultura árabe. Implementó políticas sostenibles y apoyó numerosos proyectos de conservación, convirtiéndose en un defensor de los recursos naturales de su país. Inauguró iniciativas para preservar la flora y fauna, así como iniciativas de reforestación que han dejado una huella duradera en el paisaje del país.
Durante su reinado, Zayed también hizo hincapié en la importancia de la educación. Entendió que una población bien educada era clave para el progreso del país. Por lo tanto, se establecieron numerosas escuelas y universidades, y se promovió la educación tanto para hombres como para mujeres, fomentando la igualdad de género en el acceso a la educación.
El amor por la cultura y la tradición también fue un sello distintivo de su liderazgo. Aunque enfatizó el desarrollo moderno, Zayed siempre abogó por preservar las costumbres y tradiciones del pueblo emiratí. Invertía en la cultura, apoyando las artes y la herencia cultural, y asegurándose de que las generaciones futuras tuvieran un sentido de identidad y pertenencia.
La influencia del jeque Zayed no solo fue reconocida en su país, sino también en el extranjero. Se le atribuye un papel diplomático clave en la región del Golfo y se ganó el respeto de líderes de todo el mundo por su enfoque pacífico y colaborativo para resolver conflictos. Su legado de paz y cooperación sigue siendo un principio fundamental en la política exterior de los EAU.
Zayed bin Sultan Al Nahyan falleció el 2 de noviembre de 2004, dejando un legado imperecedero. Su visión y liderazgo transformaron a los Emiratos Árabes Unidos en un país próspero y moderno. Su día de muerte se conmemora cada año, y su legado vive a través de los avances y el progreso del país.
En resumen, Sheikh Zayed es recordado no solo como el líder que unificó a los EAU, sino como un visionario que priorizó el bienestar de su pueblo y el desarrollo sostenible. Su vida y su legado siguen inspirando a las futuras generaciones, asegurando que los valores de unidad, desarrollo y respeto por la cultura continúen vigentes en su nación.