Ricardo Casas y Francisco Uzcanga se conocieron en 1978, cuando eran compañeros en un colegio de Donostia. Como todos los escolares, compartieron clases, recreos, actividades extraescolares y proyectos de futuro. Pero estos proyectos no tardaron en verse truncados a causa de la extorsión y del terrorismo de ETA —el padre de Ricardo, el político socialista Enrique Casas, acabaría siendo asesinado en 1984—. Muchos años después, en 2011, Ricardo y Francisco retomaron su vieja amistad y emprendieron unas conversaciones sobre el pasado, la memoria, el olvido, el perdón y sus respectivas ...