Manuel de Pedrolo fue un destacado escritor y traductor español, nacido en la localidad de Les Borges Blanques, en la provincia de Lérida, el 24 de enero de 1918. A lo largo de su vida, Pedrolo se convirtió en una figura central de la literatura catalana contemporánea, conocido por su prolífica producción literaria que abarca diversas géneros, desde la novela hasta el ensayo y la poesía.
Desde joven, Manuel de Pedrolo mostró un interés por la literatura y la cultura. Estudió en su ciudad natal y luego se trasladó a Barcelona, donde se involucró en el ambiente literario de la época. A pesar de la Guerra Civil Española, que tuvo un profundo impacto en su vida y obra, Pedrolo continuó escribiendo y publicando, enfrentándose a la censura y la represión del régimen franquista, que no vio con buenos ojos su estilo libre y su compromiso social.
Una de las características más notables de su obra es el uso del catalán como lengua literaria, en un periodo donde la escritura en esta lengua era desalentada. Su primera novela, “Mecanoscrit del segon origen”, publicada en 1974, se considera una de sus obras más emblemáticas y un referente de la literatura juvenil en catalán. La historia, que presenta una trama de ciencia ficción en un mundo post-apocalíptico, despierta reflexiones sobre la humanidad, la supervivencia y la capacidad de adaptación del ser humano.
A lo largo de su carrera, Manuel de Pedrolo publicó más de una veintena de novelas, así como numerosos cuentos, ensayos y obras de teatro. En todas ellas, su estilo se caracteriza por un enfoque profundo en la psicología de sus personajes, así como en el análisis de las relaciones humanas. También se destacó como un crítico social, abordando temáticas como la guerra, la paz, la identidad y la lucha por la libertad.
Entre sus obras más conocidas, además de Mecanoscrit del segon origen, se encuentran “El principi de l’atzar”, “Tirant lo Blanc” y “Les aventures de Tom Bombadil”. La diversidad de géneros que exploró, desde la narrativa hasta el ensayo crítico, revela su vasto conocimiento y su inquietud intelectual.
Manuel de Pedrolo también se dedicó a la traducción, vertiendo al catalán obras de importantes autores internacionales, contribuyendo a enriquecer la literatura en su lengua materna. Su labor como traductor fue fundamental para dar a conocer textos que de otro modo habrían permanecido ajenos al público catalán.
A pesar de su éxito literario, Pedrolo vivió en la modestia y se mantuvo alejado del estrellato. Su compromiso con su país y su lengua fue siempre una prioridad, y su trabajo se dedicó a la promoción de la cultura catalana. A lo largo de su vida, recibió varios premios y reconocimientos, pero siempre consideró que el verdadero logro era la conexión con sus lectores y la posibilidad de hacerlos reflexionar a través de sus historias.
En 1990, fue galardonado con el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes, uno de los más prestigiosos en el ámbito literario catalán. A pesar de su éxito, Manuel de Pedrolo mantuvo un perfil discreto, continuando su labor literaria hasta su muerte, ocurrida el 2 de diciembre de 1990 en Barcelona.
Su legado literario perdura, y hoy en día es considerado uno de los grandes maestros de la literatura catalana. Las obras de Manuel de Pedrolo siguen influyendo en generaciones de escritores y lectores, reafirmando su lugar en el canon literario de España y de Cataluña.