Villa Rica

Elena Rodríguez-Sallar, una joven con un duro pasado, vive voluntariamente aislada en una idílica casa a pie de mar en un privilegiado barrio de Alicante, inmediato a la playa de San Juan. Allí es donde la conocerá el inspector de la policía nacional Javier Martínez, un madrileño de vida personal descomplicada pero intensamente comprometido con su profesión. Una serie de sucesos e intrigas les llevará a tratarse y conocerse y tanto ella como él experimentarán por el otro lo que no habían sentido antes con nadie.

{Quedan muchos crimenes sin resolver. pero Jamás los olvidemos} Aproximandose el final de los noventas, extrañas actividades sucedieron en una pequeña mansión, en algún lugar de Suecia. Dos personas compartían un sueño en común, un oasis para las almas y los cuerpos, perdidos y rotos. Casi todo lo ocurrido está en el olvido, pero con ayuda de las notas de un diario, textos y fotografías hallados por los dueños actuales de la mansión, se puede publicar una imagen de aquellas personas y eventos. La imagen que nos da el libro es una de personas en busca de lo salvaje y una sociedad...

De Pellicer, dice Zaid en el prlogo: "Le puso casa a la alegra en la poesa mexicana, y eso no lo haba hecho ningn poeta de nuestra tierra... es nuestro primer poeta realmente moderno. Nuestro Huidobro." La poesa de este poeta tabasqueo es una celebracin de la vida y de la belleza que emana la naturaleza. El poeta se reconoce en el universo, abraza la vida e inunda su poesa de una visin vehemente y luminosa.

LA GUERRA DE TROYA FUE SIEMPRE LA GUERRA DE LAS MUJERES. Helena y su inigualable belleza, que resultó ser solo un hueso que los perros rabiosos se disputan; Casandra, cuyas profecías nadie atiende a menos que un varón las enuncie; la obcecada Amina, con la mirada fija en las ruinas, decidida a vengar la muerte de su rey; Hécuba aullando de dolor en la silenciosa orilla, como si sus gritos pudieran alcanzar los pasillos del Hades y despertar a los muertos; y Briseida, que lleva en su vientre al hijo del héroe caído... ¡Ay, las mujeres de Troya, atrapadas de nuevo en la ciega lucha de...