Corpus Barga, cuyo nombre real era Rafael García Serrano, nació en Madrid el 17 de septiembre de 1899. Su trayectoria literaria se relaciona fundamentalmente con la Generación del 27, aunque su estilo y enfoque literario pueden ser considerados únicos y distintivos. A lo largo de su vida, Corpus Barga se destacó no solo como escritor, sino también como periodista y crítico literario.
Desde joven, Barga mostró un fuerte interés por la literatura, y su formación académica tuvo lugar en diversas instituciones educativas de su ciudad natal. Posteriormente, se trasladó a Barcelona, donde se vinculó a un círculo literario que lo llevó a conocer a muchos de los grandes autores de la época, como Jorge Luis Borges y Rafael Alberti.
Una de las características más notables de su obra es la mezcla de la realidad con la fantasía, lo que se traduce en una prosa rica en imágenes y simbolismo. Su primer libro, “La luz de la tarde”, lo publicó en 1925, y desde entonces fue reconocido por su estilo poético y sus inquietudes existenciales. A lo largo de su carrera, Corpus Barga experimentó con diferentes géneros, incluyendo la novela, el ensayo y la poesía.
En los años 30, Barga participó activamente en la vida cultural y política de España, especialmente en el ámbito de la II República. Durante este período, contribuyó a numerosas publicaciones y se involucró en actividades políticas que defendían los ideales republicanos. Su obra, “Las mujeres”, publicada en 1934, es un claro reflejo de su pensamiento social y su interés por explorar la condición femenina en la sociedad española de su tiempo.
La Guerra Civil Española marcó un punto de inflexión en su vida y carrera. Con el estallido del conflicto en 1936, Corpus Barga se alineó con el bando republicano y continuó escribiendo artículos y ensayos que abogaban por la justicia social. Sin embargo, tras la victoria franquista en 1939, tuvo que exiliarse. Durante su tiempo fuera de España, residió en países como Francia y Argentina, donde continuó su labor literaria y crítica.
Durante su exilio, la obra de Corpus Barga se diversificó aún más. En Argentina, colaboró con diferentes revistas literarias y tradujo obras de autores españoles al español, contribuyendo de esta manera a mantener viva la cultura española entre los exiliados. A pesar de las dificultades, se mantuvo activo en el ámbito literario, publicando varios libros, incluidos “El paso del tiempo” y “La sombra del viento”.
El regreso de Corpus Barga a España no se produjo hasta 1975, tras la muerte de Franco. En esta nueva etapa, se dedicó a la enseñanza y a la investigación literaria en diversas universidades, al mismo tiempo que seguía escribiendo. Su obra ha sido objeto de estudio y ha influido en muchos escritores contemporáneos.
Corpus Barga falleció el 29 de noviembre de 1984 en Madrid, dejando un legado literario significativo que continúa siendo objeto de admiración y estudio. Su capacidad para plasmar las complejidades de la condición humana a través de un lenguaje poético y envolvente lo convierte en una figura destacada dentro de la literatura española del siglo XX.
En resumen, Corpus Barga es un autor que, a pesar de los avatares de su vida, logró plasmar a través de sus obras la esencia de su tiempo, convirtiéndose en un referente literario para futuras generaciones.