El único creyente

Usando sus encantos y sus artimañas, uno a uno lleva a su telaraña, la mentira y su talento en la cama, son las armas que nunca le fallan. Su amor es como un frágil hilo de seda, mortal y venenoso como el de la viuda negra, un día hace creer que los ama, al siguiente sin piedad se los traga. Esa es Consuelo Flores, un amor de todos y un amor de nadie, una rosa extremadamente hermosa, pero con espinas muy venenosas. Si hubiese una ley que condenase a todos aquellos que se atreven a jugar con el amor, de seguro que Consuelo Flores, no tendría perdón.

LA NOVELA QUE MARCÓ UN ANTES Y UN DESPUÉS EN LA LITERATURA NEGRA EUROPEA.Se llamaba Roseanna. Era una joven estadounidense, de Nebraska. Y había llegado a Suecia para encontrar la muerte a manos de alguien que viajaba con ella en un barco de pasajeros. Eso es todo lo que sabe el obstinado inspector Martin Beck sobre el cadáver que encuentran en el lago Vättern una tarde de julio.

Jesuso es un chaval normalucho al que nunca le ha pasado nada especial. Nunca, excepto este año, que ha sido el primero de su vida en que ha cumplido nueve y por fin ha conseguido hacerse supermayor. Atrás quedan los tiempos en los que se dedicaba a hacer travesuras de acá y para allá con sus amiguetes. ¿O quizá no? Sea como sea, debería de ir con cuidado, así no acabaría metido en batallas de nazarenos, explorando tierras salvajes o salvando a la Tierra de los extraterrestres, pero ¿qué va a hacer el pobre...? ¡Si él no busca jaleos, son los jaleos quienes lo buscan a él...!...

Blonsi es la hija de los aparceros de un conde cuyas propiedades tienen a su cargo en un pequeño pueblo de Cracovia. Cuando comienza la adolescencia es enviada a la ciudad para aprender el oficio de cocinera, y, más tarde, a París, en donde se convierte en la protegida del aristócrata. En la capital francesa conocerá los adelantos de un tipo de sociedad a la que no está acostumbrada, y pronto comenzará a tramar proyectos personales que la conducirán a Barcelona, en pleno apogeo de la II República. Sin embargo, la idealizada figura del conde no cesará nunca de crecer en su corazón,...