Guía práctica para descubrir el poder sanador de las emociones
La sociedad nos ha enseñado que las emociones deben contenerse bajo una rigurosa postura en la cual los sentimientos no pueden expresarse libremente. Al parecer, desconocemos la manera de integrar las emociones a nuestra vida conscientemente. Nuestro comportamiento se rige bajo premisas culturales que obligan a reservar las emociones para nuestra privacidad, como si al desatarlas o expresarlas libremente te rebajaran al punto de parecer una persona de mal gusto o débil. Esto es, sin lugar a dudas, una carencia total de inteligencia afectiva: la libertad de manifestar lo que sentimos...