Las rosas de la tarde
Las Rosas de la tarde se escribe en 1900, cuando su autor ocupaba un cargo diplomático como representante del gobierno del Ecuador en Italia. Es la segunda de una larga serie de narraciones eróticas que empieza con Ibis (Roma, 1900), Vargas Vila se hace eco de la estética decadentista que comparte y que también explora como estrategia de provocación, por cuanto el sexo y el erotismo despiertan la curiosidad del lector y le garantizan un éxito de ventas sin precedentes. Esta novela de corte d’annunziano nos instala en Roma a la hora crepuscular, ante la vista de la campiña brumosa...