Seré amado cuando falte
«Este libro es la prolongación literal de otro que publiqué en 1997, Mano de sombra. Si aquel volumen recogía ciento cuatro artículos, correspondientes a dos años de tarea, el presente reúne veinticuatro meses más de opiniones sin cuento... Me despedí entonces diciendo que al releer todas las piezas seguidas había tenido la impresión de haber opinado demasiado. Así que imagínense ahora, tras otras ciento cuatro. No sé cómo nadie consiente, tras tanto tiempo, que le siga reventando los domingos.» Así dice Javier Marías en el preámbulo a Seré amado cuando falte. Pero quizá...