Memorias del subsuelo
«En una novela tiene que haber un héroe, y aquí se han reunido deliberadamente todos los rasgos del antihéroe», dice el narrador sin nombre de Memorias del subsuelo, que Fiódor M. Dostoievski publicó en 1864 en la nueva revista Época de su hermano Mijaíl, a quien había confesado su inquietud por el «tono áspero y salvaje» del texto. En su primera parte, un funcionario de grado medio de cuarenta años, ya retirado, se dirige a un imaginario público corno un orador: entre burlas, paradojas y violentas interpelaciones, confiesa su orgulloso aislamiento de la sociedad, sus...