Este libro no pretende sustituir la razón por los sentimientos, sino mostrar el modo de armonizar mente y corazón. En definitiva: unir lo que quiero y lo que debo. Resulta patente que muchas personas con un alto coeficiente intelectual (CI), pero con escasas aptitudes emocionales, se manejan en la vida mucho peor que otras de modesto CI pero que han sabido educar bien sus sentimientos. Parece claro que un elevado CI no constituye, por sí solo, una garantía de éxito profesional, y mucho menos de una vida acertada y feliz. La educación de los sentimientos comprende habilidades como el...